viernes, 27 de mayo de 2016

Melanoma

Qué es

El melanoma es un tipo de cáncer de piel que aparece cuando las células llamadas melanocitos se convierten en malignas. Estas células elaboran un pigmento llamado melanina, responsable del color de la piel, del pelo y del iris de los ojos. La melanina, por su parte, funciona como un fotoprotector evitando que la radiación solar dañe las estructuras o los tejidos del cuerpo. Cuando la piel se expone al sollos melanocitos producen más melanina como defensa contra la acción de los rayos ultravioleta (UV). Los lunares o pecas aparecen cuando los melanocitos crecen en grupo.
Una persona suele tener entre 10 y 40 y, científicamente, se llaman nevus. Estos se clasifican en dos grupos: nevus congénitos, que pueden ser de nacimiento o aparecer con los años; y nevus adquiridos, que se desarrollan a partir del año de nacimiento y pueden ser típicos o atípicos. Los melanocitos se multiplican y en ocasiones se extienden a otras partes del organismo.
Las metástasis se inician cuando un grupo pequeño de células del tumor primitivo es transportado a otra zona y se detiene en un órgano donde crece y produce un tumor semejante al original. Para despejar las posibles dudas sobre la naturaleza maligna del tumor se utiliza la biopsia, que consiste en la extracción de una muestra del tejido tumoral para analizarlo. De esta manera se puede confirmar el diagnóstico y establecer un tratamiento adecuado.

Causas

Aunque son diversos los factores que lo provocan, parece ser determinante haber tomado en excesoel sol durante la infancia, si bien puede aparecer en personas de todas las edades. Se localiza en todo el cuerpo, y se manifiesta por nuevos lunares o pecas que cambian de tamaño y aspecto. Hay una serie de factores que aumentan el riesgo de padecer un melanoma, y éstos determinan que existan grupos de personas con mayor probabilidad de desarrollarlo. Entre ellos cabe destacar:
  • Tener la piel o el pelo claros.
  • Presencia de nevus atípicos.
  • Presencia de nevus en una cantidad superior a 40.
  • Presencia de nevus congénitos.
  • Tener antecedentes familiares de nevus atípicos, de melanoma o de ambas cosas.
  • Haber sufrido una o más quemaduras severas por el sol, especialmente si se han producido en la infancia, pues el efecto de la irradiación solar es acumulativo.
  • Haber estado expuesto muchas horas a rayos ultravioleta (sol, UVB, UVA) aunque tenga la piel totalmente bronceada.

Síntomas

  • Aunque el melanoma puede aparecer a cualquier edad y cada vez se diagnostica más en jóvenes, la mayor frecuencia se da entre los 40 y 50 años, lo cual es común a los distintos cánceres de piel.
     
  • En cuanto al sexo, el melanoma se da con más frecuencia en mujeres que en hombres, aunque generalmente tiene un mejor pronóstico que para los hombres.
     
  • Las personas rubias, pelirrojas y con los ojos claros tienen más posibilidades de tener un melanoma. Las personas de raza blanca también cuentan con más posibilidades que las de tez oscura.
     
  • Las profesiones realizadas a la intemperie y los deportes al aire libre también son un factor de riesgo.
     
  • Las personas con una piel muy sensible que siempre se queman y nunca se broncean en su primera exposición constituyen un grupo de riesgo.
     
  • Las personas que en algún momento de su vida se han visto afectadas por un melanoma corren elriesgo de recaer o de desarrollar nuevos melanomas. Por este motivo es muy importante el seguimiento médico y el mantenimiento de medidas de prevención.
     
  • Las personas en situación de inmunodepresión (leucemia, linfomas, trasplante de órganos, sida, etcétera) tienen mayor riesgo de desarrollar un melanoma.

Prevención

El sol constituye el principal factor de riesgo para desarrollar un melanoma, por lo que es recomendable tomar una serie de medidas básicas a la hora de exponerse a los rayos solares. Las personas con melanoma deben seguir con especial atención las normas generales para protegerse de la radiación, ya que corren un mayor riesgo de desarrollar nuevos tumores. Para proteger la piel, conviene tener en cuenta los siguientes consejos:
  • Aplíquese el protector solar antes de la exposición: Se debe aplicar el protector solar antes de la exposición al sol y renovar frecuentemente su aplicación, sobre todo, si se está en la playa o en la piscina, después de cada baño.
     
  • Evite las horas de mayor intensidad: La exposición al sol debe ser progresiva y se debe evitar entre las 12h y las 16h.
     
  • Proteja a los niños: No exponga a insolación directa a los niños menores de tres años y en las horas de débil insolación protéjales con un fotoprotector de alta protección a fin de preservar el mayor tiempo posible su capital solar. Hay que tener en cuenta que la piel conserva la memoria de todas las radiaciones recibidas durante la infancia. Cuanto más importante ha sido la dosis de radiación, mayor es el riesgo de aparición de cánceres en la edad adulta.
     
  • Utilice protección en actividades al aire libre: Las actividades al aire libre también pueden provocar quemaduras. Utilice protección solar en paseos tanto andando como en bicicleta, cuando realice deporte o se encuentre en jardines o terrazas, etcétera.
     
  • No baje la guardia ante factores que aminoren la sensación de calor: No se fíe de las circunstancias que comportan un riesgo suplementario o una falsa seguridad: altitud, nubosidad, superficies reflectoras (nieve, arena, hierba, agua), viento fresco, etcétera.
     
  • Protéjase con gafas de sol, gorra y ropa seca: Utilice gorra y gafas de sol con cristales homologados capaces de filtrar los rayos UVA y UVB. A los niños, además, protéjalos con una camiseta seca y opaca: una camiseta mojada deja pasar los rayos UV.
     
  • Séquese bien después de cada baño: El efecto lupa de las gotas de agua favorece las quemaduras solares y disminuye la eficacia de los protectores solares aunque estos sean resistentes al agua.
     
  • Beba agua en abundancia y frecuentemente: El sol deshidrata el organismo. Vigile en especial  a las personas mayores, cuya sensación de sed está atenuada, y a los niños, cuya necesidad de agua es importante y sus centros de termorregulación todavía inmaduros.
     
  • Evite las sesiones bronceadoras con lámparas de rayos UVA: Contribuyen a la aparición de cánceres cutáneos y aceleran el envejecimiento de la piel.
     
  • Revise sus pecas y lunares: Si advierte la aparición de una nueva peca o lunar, o que alguno de los que ya tiene cambia de forma, tamaño o color consulte a su dermatólogo.

Tipos

El melanoma, que presenta formas, volúmenes y colores variables, puede desarrollarse en cualquier superficie de la piel. En los hombres aparece generalmente en el tronco, desde la espalda hasta la cadera, en la cabeza o en el cuello. En cambio, en las mujeres se desarrolla principalmente en las piernas o en el tronco. No se deben excluir otras partes del cuerpo, ya que también puede desarrollarse debajo de las uñas, en las palmas de las manos o en las plantas de los pies. Es importante recordar que ésta no es una enfermedad contagiosa, por lo que no existe ningún riesgo derivado del contacto con personas que la sufren. Existen varios tipos de melanoma:
  • Lentigo maligno:

Afecta a las áreas de la piel que se han visto expuestas durante largo tiempo al sol. Se localiza en la cara, la cabeza y el cuello, y en algunos casos en el dorso de la mano y las piernas y se presenta entre los 60 y 70 años. Al inicio se percibe una mancha de bordes mal delimitados. Con el tiempo la mancha se extiende y modifica hasta formar un nódulo. Si desaparece, vuelve a presentarse en otras áreas. El color puede ser variable, con áreas de distintas tonalidades de marrón, pero también pueden ser rojas o negras.
  • De extensión superficial:

Aparece en cualquier zona de la piel, aunque en los hombres se localiza más en el tronco, y en las mujeres, más en las piernas. Es el más frecuente entre la población blanca: constituye cerca del 70 por ciento de todos los melanomas y aparece entre los 40 y 50 años. Es una mancha superficial de bordes bien delimitados. Su crecimiento es relativamente lento, provocando una lesión que puede durar de uno a varios años. Aparecen uno o varios. Su color es intenso pero muy variable: marrón, gris, negro o rosa. La forma del borde es irregular.
  • Acral:

Afecta a las plantas de los pies y, en menor grado, a las palmas de las manos, los dedos, los genitales y la boca. Constituye el 10 por ciento de los melanomas entre la población blanca y el 50 por ciento entre la negra u oriental y puede aparecer a cualquier edad. Sobre la mancha inicial aparece un tumor a los pocos meses y las lesiones son muy variables. Tiene los bordes más dispersos, pero los colores son parecidos a los del melanoma de extensión superficial.
  • Nodular:

Se localiza en cualquier zona de la piel, aunque por lo general se sitúa en la cabeza y el tronco. Es más frecuente en los hombres que en las mujeres y se desarrolla entre los 50 y 60 años. Es el segundo tipo de melanoma más frecuente, contabilizando del 10 al 15 por ciento de todos los casos. El tumor crece rápidamente sin apreciarse una mancha. Su aspecto es el de una lesión en forma de nódulo tumoral. El color es variable: negro, azulado, marrón, rojizo. Sangra a menudo y está elevado sobre la piel.
  • De mucosas:

Suelen aparecer en la mucosa genital, oral, en el tubo digestivo o en la conjuntiva ocular. Se desarrollan de forma muy parecida a los melanomas de extensión superficial.
  • Desmoplásico:

Es muy poco común y se presenta en principio como una lesión. Se acaba desarrollando como un tumor con gran capacidad de infiltración local y desarrollo de metástasis.
  • Ocular:

No guarda relación con la exposición solar y afecta a varias partes del ojo como las coroides, el cuerpo ciliar o el iris. Es muy poco común pero tiene una alta tasa de mortalidad debido a la facilidad que tiene para diseminarse.

Diagnóstico

Para determinar el estadio en el que se encuentra el melanoma se llevan a cabo las siguientes pruebas, con la intención de realizar posteriormente el tratamiento adecuado:
  • Exploración física.
     
  • Mapeo de ganglios linfáticos y biopsia del ganglio linfático centinela: se inyecta una sustancia radiactiva en el ganglio linfático centinela (el primero en aparecer) y posteriormente se extrae y se estudia su tejido en busca de células cancerosas.
     
  • TC (tomografía computarizada): se toman imágenes del interior del cuerpo.
     
  • Exploración con PET (tomografía por emisión de positrones): sirve para detectar células de tumores malignos inyectando glucosa radiactiva.
     
  • Imágenes por resonancia magnética con gandolino (RM): mediante un imán y ondas de radio se crean imágenes de partes del cuerpo internas como el cerebro. El gandolino es una sustancia de contraste que hace que las células sean más visibles.
     
  • Análisis de sangre.
Cuando se sospecha la presencia de un melanoma, se realiza una biopsia (extracción de una muestra de tejido y examen al microscopio). Los tumores pequeños se extirpan enteramente, pero cuando son grandes se obtiene sólo una pequeña porción. En cualquier caso, un anatomopatólogo examina el tejido al microscopio para determinar si el tumor corresponde a un melanoma.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el sistema ABCD es también una guía útil para identificar manchas en la piel que deberían ser consultadas por el médico:
  • A. Asimetría: Las lesiones de melanoma suelen ser de forma irregular (asimétrica); los lunares benignos -no cancerosos- suelen ser redondeados (simétricos).
     
  • B. Borde: Estas afecciones tienen a menudo bordes desiguales o irregulares (mellados o con muescas); los lunares benignos tienen bordes lisos.
     
  • C. Color: Las lesiones presentan muchas sombras de marrón o negro; en los lunares benignos se aprecia una única mancha marrón.
     
  • D. Diámetro: Normalmente tienen más de 6 milímetros de diámetro. Los lunares que no son peligrosos suelen medir menos.

Tratamientos

El tratamiento del melanoma depende del tipo y del estadio del tumor, así como de otros factores como el estado de salud y la edad del paciente. Existen cuatro tipos de tratamiento que pueden utilizarse de forma combinada:
  • Cirugía: Es el tratamiento más común y consiste en la total extirpación del tumor junto a una parte del tejido sano que hay a su alrededor. De esta manera se evita que el cáncer se reproduzca en el caso de que haya invadido otras zonas cercanas. La cantidad de tejido extirpado depende de la profundidad y el grosor del melanoma.
     
  • Quimioterapia: Consiste en la administración de fármacos anticancerígenos. Pueden combinarse varios fármacos para incrementar su eficacia, e incluso aplicarse localmente. Este tratamiento es de gran utilidad cuando el melanoma se ha extendido desde el lugar de origen a otras partes del cuerpo.
     
  • Inmunoterapia: También llamada bioterapia o terapia biológica, consiste en aumentar las defensas naturales del cuerpo ante la enfermedad. De esta manera el sistema inmunitario de las personas afectadas se fortalece. Las sustancias más utilizadas son los interferones, sustancias naturales derivadas de los leucocitos que el propio cuerpo produce en pequeñas cantidades como reacción a ciertos estímulos (virus, toxinas, etc.). La más empleada es el interferón-alfa, que ha demostrado ser muy eficaz en los melanomas con alto riesgo de recaída.
     
  • Radioterapia: Se trata del uso de radiación de alta intensidad para destruir las células cancerígenas y detener su crecimiento. El tratamiento es local, lo cual significa que sólo afecta a las células de una zona determinada. En el caso del melanoma, únicamente se utiliza para tratar metástasis en los huesos o en el cerebro.

Otros datos

Pronóstico

El estadio en el que se encuentra el melanoma es directamente proporcional a las probabilidades de supervivencia del paciente. Si el melanoma se encuentra en estadio I y no ha superado los 4 milímetros de espesor, el paciente cuenta con una probabilidad del 95 por ciento de sobrevivir en los 10 años siguientes. Sin embargo, esta probabilidad va bajando conforme el espesor se va haciendo mayor.
En caso de que el melanoma haya llegado a un estadio III y haya afectado a los ganglios linfáticos la probabilidad de supervivencia se estima en un 45 por ciento para los cinco años posteriores. A mayor número de ganglios afectados, también se reducen las posibilidades de supervivencia.
En estadio IV, la probabilidad de supervivencia a cinco años es sólo del cinco por ciento.
El melanoma puede evolucionar a melanoma metastásico.

Estadio del melanoma

Dependiendo del grosor del tumor y del grado de diseminado del melanoma se diferencian los siguientes estadios:
  • Estadio 0: las células anormales se encuentran en la capa externa de la piel, sin invadir otros tejidos.
  • Estadio I: el tumor mide hasta 2 milímetros y no afecta a los ganglios linfáticos
  • Estadio II: el tumor mide más de 2 milímetros y no afecta a los ganglios linfáticos.
  • Estadio III: el tumor ya afecta a los ganglios linfáticos. Pueden aparecer tumores satélites alrededor de la lesión principal.
  • Estadio IV: el tumor afecta a otros órganos.

Incidencia

En la actualidad se detectan cerca de 200.000 casos de melanoma al año en todo el mundo, de los cualesel 90 por ciento tiene cura con un diagnóstico precoz, según los datos de la Asociación Española Contra el Cáncer y la Academia Española de Dermatología y Venereología. El melanoma es el noveno cáncer más común en Europa y afecta más a las mujeres que a los hombres.
Un estudio reciente sobre los hábitos del sol, realizado por Ipsos y Laboratorios La Roche-Posay en 23 países, ha revelado que España se encuentra ligeramente por encima de la media en el uso de protección solar. A pesar de que el 94 por ciento de los españoles sabe que exponerse al sol puede causar problemas en su salud, solamente un 22 por ciento se protege todos los días del año, frente al 18 por ciento en el resto del mundo. Según dicho estudio, el 88 por ciento de los españoles relaciona la falta de protección solar con el riesgo de desarrollar cáncer de piel. A pesar de que el nivel de concienciación parece mayor en comparación con los países del entorno, en los últimos cuatro años la incidencia del melanoma ha aumentado un 38 por ciento en España, cerca de un 10 por ciento cada año.
Además, el 43 por ciento de la población española nunca ha acudido al dermatólogo para hacerse una revisión de lunares. En ocho de cada 10 ocasiones, el melanoma aparece fuera de los lunares ya existentes. En el resto de los casos, lo hace sobre uno ya existente, cambiando su tamaño, forma o color.

Historia

La primera operación de melanoma se realiza en el año 1787 por el cirujano John Hunter, aunque por entonces se desconocía de qué se trataba exactamente y se consideraba como una “excrecencia fungosa cancerosa”. No sería hasta 1804 cuando el médico francés René Laennec dio la primera definición de melanoma.
 
En 2 de cada 10 ocasiones, el melanoma aparece sobre lunares ya existentes que cambian su forma, tamaño o color.



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